Untamos la placa de horno o el recipiente que prefiramos con aceite de oliva.
Lavamos las patatas sin pelar, frotándolas bien para eliminar todos los restos de tierra.
Cortamos las patatas a lo largo y les echamos sal. Las aderezamos con pimienta negra o pimentón.
Añadimos las hierbas aromáticas que prefiramos.
Las colocamos en la placa del horno con la piel hacia arriba, de forma que la cara con las especias quede impregnada en el aceite.
Introducimos en el horno, ya caliente, y dejamos a 180º durante 25-35 minutos (depende del tamaño de las patatas). Según se van cocinando vemos como la piel se va arrugando un poquito.
Comprobamos que están listas pinchándolas con un palillo. Su piel está crujiente y se desprenden sin resistencia de la placa.
Colocar las patatas con la piel hacia arriba.